"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Lc 21, 1-4
Levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en
el tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición muy humilde,
que ponía dos pequeñas monedas de cobre, y dijo: "Les aseguro que esta
pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como
ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio
todo lo que tenía para vivir".
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