"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Lc 3, 15-16. 21-22
Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan
Bautista no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: "Yo los
bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni
siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los
bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego". Todo el pueblo se hacía
bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se
abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal,
como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo
muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario