Nació
en Portugal en el año 1647. Siendo muy joven, pidió ser admitido en la
Comunidad de los Padres Jesuitas. En los estudios del seminario brilló
por su gran inteligencia y por su dedicación total a la preparación para
el sacerdocio, y luego de su ordenación, recibió del rey y, de muy
altas personalidades, la petición de quedarse en Portugal. Sin embargo,
el santo deseando imitar a San Francisco
Javier pidió y obtuvo ser enviado como misionero a la India, y con 16
compañeros emprendió el larguísimo viaje por mar.
Desde 1673
hasta 1693, por veinte años estuvo misionando incansablemente en la
India. Y fue tanto el entusiasmo con el cual se dedicó a las actividades
misioneras que lo nombraron superior de las Misiones de la India.
Logró ganarse la simpatía de todas las clases sociales, y obtuvo
notables éxitos espirituales en toda clase de personas. Los sacerdotes
paganos de estas tierras eran muy fanáticos y atacaban sin piedad a San
Juan y a sus cristianos; muchas veces lo echaron a la cárcel y le
hicieron padecer feroces torturas.
El 4 de febrero de 1693 un
gran gentío se reunió para ver la ejecución del santo misionero, a quien
se le acusaba de enseñar doctrinas que no eran las de los sacerdotes de
los dioses de ese país. El gobernador estuvo varias horas demorando la
sentencia porque sentía miedo de ordenar semejante crimen. Pero al fin
movido por los fanáticos enemigos del cristianismo mandó que le cortaran
la cabeza.
Fue canonizado el 22 de junio de 1947 por el Papa Pío XII.
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