SAN WENCESLAO DE BOHEMIA (907-935) nació en Stochov, en las cercanías de Libusin, Bohemia, en la actual República Checa.
Wenceslao,
o Venceslao, fue el primer hijo del príncipe Bratislao I Premysliden y
de su mujer Drahomira. Desde pequeño recibió una educación cristiana
gracias a su abuela Ludmila.
Con la repentina muerte accidental
de Bratislao en 921, puesto que Wenceslao aún no era mayor de edad, tomó
la regencia Drahomira, quien siempre había preferido a su
segundogénito, Boleslao. Una vez al frente de Bohemia, Drahomira mostró
su rechazo a la fe de Wenceslao.
Éste, temiendo por su vida,
buscó refugio en la residencia de su abuela. Pero la seguridad le duró
poco, ya que Ludmila fue asesinada por orden de Drahomira.
Mientras
tanto, los desórdenes civiles comenzaron a imperar en Bohemia,
situación que explotó a su favor el vecino duque de Baviera, Arnulfo,
invadiendo el reino en pos del poder, sacando ventaja de las rencillas
familiares de los nobles.
Wenceslao, sin embargo, defendió
exitosamente Bohemia en 922 contra Arnulfo, e instauró la paz, a la cual
él siempre prefirió por encima de la guerra.
En 923 o 924,
finalmente accedió al trono para convertirse en Wenceslao I de Bohemia. A
su madre la internó en Budec, y a continuación se dedicó a una intensa
cristianización de su país, trajo sacerdotes y reliquias y ordenó que
las reliquias de su abuela Ludmila fueran trasladadas a Praga.
Durante
su ejercicio en el trono, San Wenceslao I se mostró siempre como un
gobernante piadoso y justo, aboliendo, por ejemplo, la pena de muerte.
Él inició también la construcción de la catedral de San Vito, en Praga.
En
929, sin embargo, por su aversión a la guerra, San Wenceslao aceptó
pagar tributos al duque de Sajonia Enrique I, llamado “El Pajarero”, en
vez de enfrentarlo con las armas para impedir que invadiera Bohemia.
Este
acto le generó la animadversión de un grupo, al frente del cual estaba
su codicioso hermano Boleslao. Él y algunos cortesanos planearon
entonces asesinar a Wenceslao.
A Wenceslao lo invitaron a una
fiesta religiosa en la ciudad de Stará Boleslav, cercana a Praga. Y
justo cuando pasaba frente a la iglesia de ahí, los conspiradores lo
emboscaron, y su propio hermano le asestó el espadazo mortal.
Así
fue como Boleslao la arrebató el trono a su hermano. Sin embargo mostró
cierto arrepentimiento al ordenar que los restos de San Wenceslao I
fueran recuperados y enviados a Praga, para ser sepultados en el
interior de la catedral de San Vito.
Tal era la estima que se le
tenía a San Wenceslao, que muy pronto después de su muerte se le comenzó
a venerar como mártir y como santo patrono nacional de Bohemia.
San
Wenceslao I fue el primer checo en ser canonizado. Esto no ocurriría,
sin embargo, sino hasta 1729, por intercesión del papa Benedicto XIII.
SAN WENCESLAO DE BOHEMIA nos enseña la importancia de anteponer el amor al ejercicio del poder.
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