SAN HILARIÓN DE GAZA (291-372) nació en Tabata, pequeña ciudad de Gaza, en Palestina, en el seno de una familia pagana.
De
niño, San Hilarión de Gaza mostró gusto y entusiasmo por aprender
cosas, y por eso, llegado el momento, sus padres lo mandaron a
Alejandría de Egipto para que estudiara formalmente.
En esa
época, Alejandría era una opulenta y culta metrópolis que conjuntaba lo
mismo a eruditos de todo el mundo con toda su sapiencia, que los vicios
propios de toda ciudad de gran magnitud.
A pesar de que avanzó
mucho en sus estudios, San Hilarión no se sentía del todo a gusto en la
gran ciudad, pero encontró su camino cuando empezó a frecuentar a las
comunidades cristianas de Alejandría.
Luego de convertirse y ser
bautizado, San Hilarión se retiró al desierto, donde encontró a San
Antonio Abad cerca de Tabennisi, la actual Dandara en Egipto, y se
convirtió en su discípulo durante un tiempo.
Hacia el año 307,
San Hilarión de Gaza regresó a su ciudad natal, sólo para encontrar que
sus padres habían fallecido. Sin dudarlo, repartió su herencia entre los
pobres y se retiró para vivir en soledad en el desierto de Mayuma.
Así,
San Hilarión de Gaza se convirtió en el primer monje y en el primer
eremita de Palestina, instituyendo esta práctica en la región.
Sus
días se le pasaban entre la oración, el estudio de las Escrituras y
diversos trabajos manuales. Poco a poco, sin embargo, se extendió por la
zona el rumor de su santidad y su facultad para obrar milagros.
Aunque
al principio eran sólo unos cuantos quienes lo buscaban, llegó un día
en que San Hilarión se sintió abrumado. Decidió entonces buscar la
soledad en otro lugar.
Regresó, pues, a Alejandría, donde se
embarcó a Sicilia primero, luego a Dalmacia, y finalmente a la isla de
Chipre, donde fundó un monasterio y vivió sus últimos años.
Unos
25 años después de su muerte, San Jerónimo redactó la biografía de San
Hilarión de Gaza, siendo ésta la única fuente que refiere su vida. En
Chipre, numerosas iglesias llevan su nombre.
SAN HILARIÓN DE GAZA nos enseña el valor de buscar la integridad moral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario