Te
escribo para saludarte y porque ahora sí tengo que surtirme, pues la
"canasta básica" con que me mandaste al mundo se me ha ido agotando a lo
largo de estos años.
Por ejemplo, la paciencia se me acabó por
completo, igual que la prudencia y la tolerancia. Ya me quedan poquitas
esperanzas y el frasquito de fe, está también vacío. La imaginación
también está escaseando por estos rumbos.
También debes saber
que hay cosas de la canasta que ya no necesito como la dependencia y esa
facilidad para hacer berrinches, que tantos enojos y problemas me han
ocasionado. Así que quisiera pedirte nuevos productos para la canasta.
Para empezar me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y
tolerancia (pero hasta el tope), y mándame por favor el curso intensivo
"Cómo ser más prudente", volúmenes 1, 2 y 3.
Envíame también
varias bolsas grandes, pero "bolsones" de madurez que tanta falta me
hace. También quisiera un baúl de sonrisas, de esas que alegran el día a
cualquiera. Te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas para
atarlas a mis pies y tenerlos siempre sobre la tierra.
Si tienes por ahí guardada una brújula para orientarme y tomar el camino correcto, te lo agradecería mucho.
Regálame imaginación otra vez; pero no demasiada, porque debo confesar
que en algunas ocasiones tomé grandes cantidades y me empachó. Nuevas
ilusiones y una doble ración de fe y esperanza también me caería
excelente.
Te pido también una paleta de colores para pintar mi vida cuando la vea
gris y oscura. Me sería muy útil un bote de basura para tirar todo lo
que me hace daño.
Por favor mándame un frasco de merthiolate y
una cajita de curitas para sanar mi corazón, porque últimamente ha
tropezado bastante y tiene muchos raspones.
Te pido unos diskettes, porque tengo el cerebro lleno de información y necesito espacio para guardar más.
Te pido muchas zanahorias, para tener buena vista y no dejar pasar las
oportunidades por no verlas. Necesito también un reloj grande, muy
grande, para que cada vez que lo vea me acuerde de que el tiempo corre y
no debo desperdiciarlo.
¿Podrías mandarme muchísima fuerza y
seguridad en mí mismo, ah? Sé que voy a necesitarlas para soportar los
tiempos difíciles y para levantarme cuando caiga.
También
quisiera una cajita de pastillas de las que hacen que crezca la fuerza
de voluntad y el empeño, para que me vaya bien en la vida y te pido unas
tres o cuatro toneladas de "ganas de vivir", para cumplir mis sueños.
Necesito también una pluma con mucha tinta, para escribir todos mis logros y mis fracasos.
Pero más que nada, te pido que me des mucha vida, para lograr todo lo
que tengo en mente y para que el día que me vaya contigo, tenga algo que
llevarte y veas que no desperdicié el tiempo aquí en la Tierra.
De antemano te agradezco lo que me puedas mandar y te agradezco el doble todo lo que me mandaste la primera vez.
Con mucho cariño....
Te adoro,
Yo
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