San Juan Diego nació en 1474 en Cuauhtitlán, que en ese tiempo
pertenecía al reino de Texcoco. Perteneció a la más numerosa y baja
clase del Imperio Azteca, sin llegar a ser esclavo.
Entre 1524 y 1525 se convierte al cristianismo y fue bautizado junto a su esposa.
Antes
de su conversión Juan Diego ya era un hombre piadoso y religioso. Era
muy reservado y de carácter místico, le gustaba el silencio y solía
caminar desde su poblado hasta Tenochtitlán, a 20 kilómetros de
distancia, para recibir instrucción religiosa. Durante una de sus
caminatas camino a Tenochtitlán, que solían durar tres horas a través de
montañas y poblados, ocurre la primera aparición de Nuestra Señora, en
el lugar ahora conocido como "Capilla del Cerrito", donde la Virgen
María le habló en su idioma, el náhuatl. La imagen de la Virgen quedó
grabada en la tilma que llevaba puesta Juan Diego. En el lugar de la
aparición se levantó una capilla que con el tiempo se convirtió en la
actual basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América.
Juan
Diego tenía 57 años en el momento de las apariciones, ciertamente una
edad avanzada en un lugar y época donde la expectativa de vida masculina
apenas sobrepasaba los 40 años. Luego del milagro de Guadalupe Juan
Diego fue a vivir a un pequeño cuarto pegado a la capilla que alojaba la
santa imagen, tras dejar todas sus pertenencias a su tío Juan
Bernardino. Pasó el resto de su vida dedicado a la difusión del relato
de las apariciones entre la gente de su pueblo.
Murió el 30 de mayo de 1548, a la edad de 74 años.Juan Diego fue beatificado en abril de 1990 por el Papa Juan Pablo II.
Fue canonizado el 31 de julio de 2002 por Juan Pablo II, quien viajó a Ciudad de México para presidir la ceremonia.
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