A
veces la promesa de Dios te pide lanzarte a un vacío curioso. Te pide
echarte a un camino incierto, y a cambio te garantiza la alegría
profunda, la vida plena, el construir con sentido. Te promete VIDA más
allá de la cruz, te promete dicha más allá de las lágrimas. Te promete
amor sin límites. Pues, aunque me llamen loco, necio o ingenuo… aunque
me digan una y otra vez que así no vamos a ningún sitio, de esa promesa
me fío!
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