Cuentan que para cazar changos (monos), utilizan un método simple,
basado en la "personalidad" de este animal. Se hace un agujero en el
tronco de un árbol para que apenas entre su mano. Se colocan nueces
dentro y cuando el chango (mono) toma las nueces queda atrapado, su
egoísmo es tan grande que no es capaz de soltarlas para poder escapar.
Aceptarse implica dejar las nueces, ser libre, reconocer lo que somos,
lo que tenemos y abrirnos a las posibilidades dentro de nuestros
límites. Estos límites son como un GPS que nos orienta en la vida.
Qué fácil es aceptar los talentos y qué difícil es reconocer nuestros
límites. Cuánta energía y esfuerzo para aparentar algo que no somos.
Cuántas máscaras para cubrir heridas, egoísmos, aparentar ante el mundo,
ante los demás, y lo más triste, ante nosotros mismos y ante Dios.
Aceptarse es quitarse la máscara primero ante Dios, agradecerle mi
vida, mi personalidad, mi pasado, también mis heridas, mis victorias y
abrirse a su plan, a su amor. Amando a Dios, viéndome como Él me ve, me
puedo amar a mí mismo correctamente, aceptándome.
Qué libertad
el no depender de ninguna máscara, librarme de toda careta. Es triste
ver a personas que pretenden vivir en un carnaval perpetuo.
Pídele a Dios en la oración que te veas cómo Él te ve, que aceptes tu
vida, historia y que seas libre, con la libertad de quién se sabe amado
por Él y quien tiene un destino, una misión. Sé tu mismo, deja las
nueces, no seas esclavo, aceptate, SÉ UN DON PARA TI Y PARA LOS DEMÁS.
(P Guillermo Serra LC)
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