Escucha
nuestros rezos, Santa Virgen, y acuérdate de nosotros. Extiende sobre
nosotros los dones de tus riquezas, esta abundancia de gracias de las
que eres toda llena. El Arcángel te saluda y te llama plena de gracias,
todas las naciones te declaran bienaventurada, todas las jerarquías
celestiales te bendicen y nosotros, de la jerarquía terrestre, te
decimos también: Salve, llena de gracias, el Señor es contigo, ruega por
nosotros, Madre de Dios, nuestra Señora y nuestra Reina.
(San Atanasio de Alejandría)
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