Hermosa niña, divinidad y amor plasmados en tan
graciosa figura hecha mujer y madre de toda la humanidad, al dar tu sí a
nuestro padre Dios.
Enséñanos niña linda, el camino que debemos
seguir para igualar tu entrega y confianza ciega en la voluntad divina.
Ayúdanos a ser verdaderos apóstoles de Cristo Jesús, y siempre tómanos
de la mano, nunca nos permitas que separemos nuestros pensamientos y
actuar de tus divinos ojos.
Gracias mamita por aceptar ese dolor tan
grande al dar a tu hijo por toda la humanidad, amor más grande que ha
existido y que se ha conocido en la humanidad.
Gracias por tus infinitas bondades para con nosotros.
A tí virgencita gracias sean dadas, la más humilde de las siervas del señor.
Alabada seas María Santísima.
Amén.
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