"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Lc 10, 1-9
El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para
que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y
les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados, que envíe trabajadores para la
cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven
dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por
el camino. Al entrar en una casa, digan primero: "¡Que descienda la paz
sobre esta casa!". Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz
reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en
esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que
trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades
donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus
enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'".
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