"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Mc 1, 21-28
Jesús entró en Cafarnaúm, y cuando llegó el sábado, fue a la sinagoga y
comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les
enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Y había en
la sinagoga de ellos un hombre poseído de un espíritu impuro, que
comenzó a gritar; " ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has
venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre". El
espíritu impuro lo sacudió violentamente, y dando un alarido, salió de
ese hombre. Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros:
"¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da
órdenes a los espíritus impuros, y éstos le obedecen!". Y su fama se
extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
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