"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Mc 4, 26-34
Jesús decía a sus discípulos: "El Reino de Dios es como un hombre que
echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de
día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra
por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano
abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en
seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha". También
decía: "¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos
servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se
la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero,
una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las
hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se
cobijan a su sombra". Y con muchas parábolas como éstas les anunciaba la
Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba
sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les
explicaba todo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario