"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Mc 4, 35-41
Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: "Crucemos a la otra
orilla". Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron en la barca, así como
estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un
fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de
agua. Jesús estaba en la popas durmiendo sobre el cabezal. Lo
despertaron y le dijeron: "¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?".
Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: "¡Silencio!
¡Cállate!". El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les
dijo: "¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?". Entonces quedaron
atemorizados y se decían unos a otros: "¿Quién es éste, que hasta el
viento y el mar le obedecen?".
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