"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
¿Tenemos tiempo para el prójimo que
tiene necesidad de nuestra palabra, de mi palabra, de mi afecto? ¿Para aquel
que sufre y necesita ayuda? ¿Para el prófugo o el refugiado que busca asilo?
¿Tenemos tiempo y espacio para Dios? ¿Puede entrar Él en nuestra vida?
¿Encuentra un lugar en nosotros o tenemos ocupado todo nuestro pensamiento,
nuestro quehacer, nuestra vida, con nosotros mismos?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario