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La aguja y el alfiler

Un alfiler y una aguja encontrándose en una cesta de labores y no teniendo nada que hacer, empezaron a reñir, entablándose la siguiente disputa:

-De que utilidad eres tu? Dijo el alfiler a la aguja;
y como piensas pasar la vida sin cabeza?
-Y así respondió la aguja con tono agudo,
de que te sirve la cabeza si no tienes ojo?
Y de que te sirve un ojo si siempre tienes algo en el?
Pues yo, con algo en mi ojo puedo hacer mucho mas que tu.
Si; pero tu vida será muy corta pues depende de tu hilo.

Mientras hablaban así el alfiler y la aguja, entra una niña deseando coser, toma la aguja y echa mano a la obra por algunos momentos; pero tuvo la mala suerte de que se rompiera el ojo de la aguja. Después cogió el alfiler, y atándole el hilo a la cabeza procuro acabar su labor; pero tal fue la fuerza empleada que le arranco la cabeza y disgustada lo echo con la aguja en la cesta y se fue.

"Con que aquí estamos de nuevo se dijeron, parece que el infortunio nos ha hecho comprender nuestra pequeñez; no tenemos ya motivo para reñir."

Como nos asemejamos a los seres humanos que disputan acerca de sus dones y aptitudes hasta que los pierden, y luego... echados en el polvo, descubren que son hermanos!

"No hagan nada por espíritu de discordia o de vanidad, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos." (Fil. 2, 3)


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