"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Mc 12, 18-27
Se acercaron a Jesús unos saduceos, que son los que niegan la
resurrección, y le propusieron este caso: "Maestro, Moisés nos ha
ordenado lo siguiente: "Si alguien está casado y muere sin tener hijos,
que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda". Ahora
bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos.
El segundo se casó con la viuda y también murió sin tener hijos; lo
mismo ocurrió con el tercero; y así ninguno de los siete dejó
descendencia. Después de todos ellos, murió la mujer. Cuando resuciten
los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por
mujer?". Jesús les dijo: "¿No será que ustedes están equivocados por no
comprender las Escrituras ni el poder de Dios? Cuando resuciten los
muertos, ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que serán como
ángeles en el cielo. Y con respecto a la resurrección de los muertos,
¿no han leído en el Libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, lo que
Dios le dijo: "Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob"? Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes. Ustedes están en
un grave error".
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