Páginas

Madre, tú conoces nuestro corazón, nuestra limitación.
Al vernos arrastrados por el egoísmo y la soberbia, te pedimos la actitud que tú tuviste para escuchar el mensaje de Dios.
Que no perdamos este valor que enriquece nuestras vidas y nos acerca a Ti y a Tu Hijo, Cristo, nuestro hermano. 

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario