Madre
mía Inmaculada,
que, por haber recibido
en tu seno al Verbo de Dios,
eres Trono de la Gloria y de
la Sabiduría, alcánzame la
gracia de trabajar con orden
y constancia, con intensidad
y presencia de Dios, con pureza
de intención y afán de servicio.
Haz que mi trabajo me acerque
cada día más a ti y a tu divino
Hijo; que nunca me olvide de
ofrecértelo, como ahora lo hago,
para que mis horas de trabajo sean,
de verdad, horas de oración.
Ayúdame también, Señora,
a lograr el fruto humano y
sobrenatural que Dios espera
de mi trabajo (o estudio), para que,
santificándome, alcance la dicha de
amarte para siempre en el Cielo
Amen.
que, por haber recibido
en tu seno al Verbo de Dios,
eres Trono de la Gloria y de
la Sabiduría, alcánzame la
gracia de trabajar con orden
y constancia, con intensidad
y presencia de Dios, con pureza
de intención y afán de servicio.
Haz que mi trabajo me acerque
cada día más a ti y a tu divino
Hijo; que nunca me olvide de
ofrecértelo, como ahora lo hago,
para que mis horas de trabajo sean,
de verdad, horas de oración.
Ayúdame también, Señora,
a lograr el fruto humano y
sobrenatural que Dios espera
de mi trabajo (o estudio), para que,
santificándome, alcance la dicha de
amarte para siempre en el Cielo
Amen.
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