"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Mc 8, 27-35
Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y
en el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Ellos le
respondieron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y
otros, alguno de los profetas". "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?".
Pedro respondió: "Tú eres el Mesías". Jesús les ordenó terminantemente
que no dijeran nada acerca de él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del
hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos
sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar
después de tres días; y les hablaba de esto con toda claridad. Pedro,
llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. Pero Jesús, dándose vuelta y
mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: "¡Retírate, ve detrás
de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de
los hombres". Entonces Jesús, llamando a la multitud, junto con sus
discípulos, les dijo: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a
sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar
su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena
Noticia, la salvará".
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