"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Lc 3, 1-6
El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio
Pilato gobernaba la Judea, siendo Herodes tetrarca de Galilea, su
hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de
Abilene, bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a
Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Éste comenzó
entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un
bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito
en el libro del profeta Isaías: "Una voz grita en el desierto: Preparen
el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán rellenados,
las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los
senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos. Entonces, todos
los hombres verán la Salvación de Dios".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario