"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Mt 2, 13-18
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en
sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a
Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a
buscar al niño para matarlo". José se levantó, tomó de noche al niño y a
su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de
Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio
del Profeta: "Desde Egipto llamé a mi hijo". Al verse engañado por los
magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a
todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los
magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por
el profeta Jeremías: "En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos:
es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya
no existen".
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