"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
NUESTRA SEÑORA DE LORETO
En el siglo IV el emperador Constantino y su madre Santa Elena conservaron dentro de los muros de una amplia basílica a la casa de Nazaret en la que vivió la Sagrada Familia.
Al caer Palestina en poder de los musulmanes esta casa fue trasladada a países cristianos. Según la leyenda, el trasporte se hizo por el aire a manos de unos ángeles que la condujeron a Dalmacia primero en 1291, y en 1294 a la ribera opuesta del Adriático, en Italia, entre un bosque de laureles de donde recibe el nombre de Loreto.
En el siglo XIV se levantó allí la basílica que encierra la Santa Casa.
Desde entonces Loreto se convirtió en uno de los grandes centros de peregrinaciones del mundo cristiano.
En 1920 Benedicto XV proclamó a la Virgen de Loreto "Patrona de la Aviación".
La Santa Casa es considerada entre los lugares más sagrados del mundo. Antes de que la Santa Casa fuese trasladada, San Francisco de Asís había profetizado que un día Loreto se iba a llamar el lugar más sagrado del mundo y que por ello debían abrir una casa allí.
Muchos santos, beatos y Papas han visitado esta casa. Entre ellos: San Francisco de Sales: hizo sus votos de celibato en la Santa Casa; Santa Teresa de Lisieux: antes de ir a pedir permiso al Papa para entrar al Carmelo a la edad de 15 años, visitó la Santa Casa; San Maximiliano Kolbe: en su regreso a la ciudad de la Inmaculada, poco antes de ser llevado al campo de concentración; y muchísimos otros santos.
El Papa Juan XXIII fue el día antes de convocar el Concilio Vaticano II y pidió a la Virgen de Loreto la protección del Concilio.
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