Padre, te agradezco por este día de vida, por mis ojos que ven el cielo,
mis oídos que oyen el cantar de las aves, mis pies que me permiten caminar
entre los árboles, mis manos que juntan flores, mi nariz que huele el dulce
perfume de la naturaleza, mi mente que reflexiona y aprecia la magia de tus
milagros cotidianos, mi corazón que se alegra al descubrir Tu presencia en
todos lados.
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