Señor,
dame hoy el abandono y confianza que debo tener en todos y cada uno de los días
de mi vida, para que no me atreva a desconfiar de tu ternura y misericordia. Tú
nunca te dejas ganar en generosidad y nos das el ciento por uno, ¡gracias Señor
por tu inmensa bondad! Permite que tu medida de amor sea la mía, en mis
relaciones familiares y sociales. Que busque ser el primer servidor de todos.
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