Oh Cristo, que con
tu claridad eres nuestro sol y nuestro día, haz que, desde el amanecer,
desaparezca de nosotros todo sentimiento malo.
Vela, Señor, sobre nuestros pensamientos, palabras y obras, a fin de que nuestro día sea agradable ante tus ojos. Amén
Vela, Señor, sobre nuestros pensamientos, palabras y obras, a fin de que nuestro día sea agradable ante tus ojos. Amén
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