Concédenos, Señor,
un día lleno de paz, de alegría y de inocencia. Muéstranos tu rostro propicio y
danos tu paz, para que durante todo el día sintamos cómo tu mano nos protege.
Señor, que tu gracia inspire, sostenga y acompañe nuestras obras, para que
nuestro trabajo comience en ti, como en su fuente, y tienda siempre a ti, como
a su fin. Amén
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