Con
este título la liturgia conmemora hoy a siete ricos comerciantes de
Florencia (Italia): Bonifacio, Amadeo, Bonayunta, Manet, Sóstenes, Hugo y
Alejo, que abandonaron todas sus riquezas y se retiraron a la soledad
del Monte Senario, donde se dedicaron a meditar de un modo particular
los siete Dolores de la Virgen María.
Para propagar y mantener viva siempre en el pueblo cristiano la
devoción y el culto a la Virgen Dolorosa, fundaron juntos, el año 1233,
una Orden religiosa vistiendo un hábito negro y siguiendo la regla de
San Agustín.
El pueblo los llamó "Siervos de María", y de allí el nombre de Servitas.
Esta Orden se ha hecho célebre en los anales de la Iglesia sobre todo en Francia, Italia y Polonia.
Son conmemorados en este día, en el que falleció, ya centenario, el último de ellos, Alejo.
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