¡Gracias María por estar ahí!
Por compartir mis alegrías y mis penas
Por seguir, de cerca, todos mis caminos
¡Gracias, María, por animarme en mis caídas!
¡Gracias, María, por ser mi confidente y mi amiga!
¡Gracias, María, por ser mi Madre!
¡Gracias, María, por escucharme una y otra vez!
¡Gracias, María, por no olvidarme aunque yo te olvide!
¡Gracias, María, por hablarme cada día!
¡Gracias, María, por llevarme hasta Dios!
¡Gracias, María, por arrullarme en tus brazos!
¡Gracias, María, por enseñarme a amar a Jesús!
¡Gracias, María, por empujarme a fiarme del Señor!
Amén.
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