"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
María, en mi corazón hay siempre sitio para ti
María, en mi corazón hay siempre sitio para ti. Mi barca es frágil y puede naufragar ante las olas impetuosas de este mundo. Mas sé que, estando siempre a tu lado, me ayudas a evitar los peligros. Tú vas siempre en mi barca, eres la capitana, me guías a buenos puertos en los que luce el faro de la esperanza, la luz de tu Hijo amado, al que me dirijo en todas mis acciones. Perdona si alguna vez quiero ir a mi aire y se me olvida contar contigo.
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