Bienaventurada María, la mil veces nombrada de distinta
manera, porque el Señor ha mirado la humildad de su sierva, y por eso te
llamarás, te llamaremos, Señora de la Viña y de la Oliva, del Mar y de la
Montaña, del Castañar y del Pino, y del Arroyo y de la Cañada, y de los
Azahares y del Romero, de Atocha, del Juncal, del Acebo, del Brezo y del Henar.
Tantas cosas sencillas, flores, palabras de cada día del labriego, del pastor,
del caminante…
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