Ven hacia mí, derrama tu mirada
Al pobre pecador que en tí confía
Sacando de prisión el alma mía
Envuelta en tu esplendor, mansa y callada.
Aguardo con mi mente alborozada,
Mi espíritu radiante y en franquía,
Morar siempre confiado con María,
Mi madre, mi refugio y mi alborada.
Al pobre pecador que en tí confía
Sacando de prisión el alma mía
Envuelta en tu esplendor, mansa y callada.
Aguardo con mi mente alborozada,
Mi espíritu radiante y en franquía,
Morar siempre confiado con María,
Mi madre, mi refugio y mi alborada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario