Según una tradición que arranca del siglo XII, se celebra el día de
hoy el aniversario de la dedicación de la basílica construida por el
emperador Constantino en el Laterano.
Esta celebración fue primero
una fiesta de la ciudad de Roma; más tarde se extendió a toda la
Iglesia de rito romano, con el fin de honrar aquella basílica, que es
llamada «madre y cabeza de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe», en
señal de amor y de unidad para con la cátedra de Pedro que, como
escribió san Ignacio de Antioquía, «preside a todos los congregados en
la caridad.»
Se le llama Basílica del Divino Salvador, porque
cuando fue nuevamente consagrada, en el año 787, una imagen del Divino
Salvador, al ser golpeada por un judío, derramó sangre. En recuerdo de
ese hecho se le puso ese nuevo nombre.
Se llama también Basílica
de San Juan (de Letrán) porque tienen dos capillas dedicadas la una a
San Juan Bautista y la otra a San Juan Evangelista, y era atendida por
los sacerdotes de la parroquia de San Juan.
Durante mil años,
desde el año 324 hasta el 1400 (época en que los Papas se fueron a vivir
a Avignon, en Francia), la casa contigua a la Basílica y que se llamó
"Palacio de Letrán", fue la residencia de los Pontífices, y allí se
celebraron cinco Concilios (o reuniones de los obispos de todo el
mundo). En este palacio se celebró en 1929 el tratado de paz entre el
Vaticano y el gobierno de Italia (Tratado de Letrán). Cuando los Papas
volvieron de Avignon, se trasladaron a vivir al Vaticano. Ahora en el
Palacio de Letrán vive el Vicario de Roma, o sea el Cardenal al cual el
Sumo Pontífice encarga de gobernar la Iglesia de esa ciudad. Se
le llama Basílica del Divino Salvador, porque cuando fue nuevamente
consagrada, en el año 787, una imagen del Divino Salvador, al ser
golpeada por un judío, derramó sangre. En recuerdo de ese hecho se le
puso ese nuevo nombre.
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