"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Lc 24, 1-8
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro
con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la
piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor
Jesús. Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les
aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres,
llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les
preguntaron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No
está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún
estaba en Galilea: 'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en
manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer
día'". Y las mujeres recordaron sus palabras.
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