"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Jn 8, 21-30
Jesús dijo a los fariseos: "Yo me voy, y ustedes me buscarán y morirán
en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir". Los judíos se
preguntaban: "¿Pensará matarse para decir: 'Adonde yo voy, ustedes no
pueden ir'?". Jesús continuó: "Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo
alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso les he
dicho: 'Ustedes morirán en sus pecados'. Porque si no creen que yo soy,
morirán en sus pecados". Los judíos le preguntaron: "¿Quién eres tú?".
Jesús les respondió: "Esto es precisamente lo que les estoy diciendo
desde el comienzo. De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar.
Pero aquel que me envió es veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo
al mundo". Ellos no comprendieron que Jesús se refería al Padre. Después
les dijo: "Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre,
entonces sabrán que yo soy y que no hago nada por mí mismo, sino que
digo lo que el Padre me enseñó. El que me envió está conmigo y no me ha
dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada". Mientras hablaba
así, muchos creyeron en él.
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