"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Dios
nuestro, que nos has abierto las puertas de la eternidad con la
glorificación de tu Hijo Jesucristo y con la venida del Espíritu Santo,
concédenos que, por la recepción de dones tan grandes, nuestra fe vaya
más y más en aumento y nuestra entrega a ti sea cada día más completa.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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