"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Jn 21, 19-25
Jesús resucitado había anunciado con qué muerte Pedro debía glorificar a
Dios. Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús
amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le
había preguntado: "Señor, ¿quién es el que te va a entregar?". Cuando
Pedro lo vio, preguntó a Jesús: "Señor, ¿y qué será de éste?". Jesús le
respondió: "Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?
Tú sígueme". Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que
aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: "Él no
morirá", sino: "Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te
importa?". Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y
el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero. Jesús
hizo también muchas otras cosas. Si se las relatara detalladamente,
pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se
escribirían.
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