Nació en el pueblo de Roccaporena, cerca de Casia, en Perugia,
Italia, alrededor de 1370, en el seno de una familia encabezada por un
padre muy autoritario.
Santa Rita, cuyo nombre seglar
probablemente haya sido Margarita Lotti, mostró desde muy pequeña claros
signos de vocación religiosa. Pero como una de sus principales virtudes
fue la obediencia, obedeció a sus padres cuando por la fuerza la
casaron con un hombre por demás violento y pendenciero.
Santa
Rita supo padecer su destino con abnegación y resignación, sufriendo y
rezando por la salvación del alma de su marido, que en los 18 que duró
su matrimonio había matado a más de mil personas.
Llegó el
día en que él se arrepintió gracias a la santidad de su esposa, y dejó
de hacer el mal. Sin embargo, durante largo tiempo había cultivado
incontables enemigos, y un día cayó asesinado bajo las manos de uno de
ellos.
La reacción de los hijos fue salir para vengar la
muerte de su padre, y por más que Santa Rita intentó detenerlos, le
resultó imposible. Ella se dijo entonces que preferiría que los jóvenes
murieran, antes que ella verlos matar. Un misterioso designio se lo
concedió, y Santa Rita se quedó sola.
En 1402 intentó
ingresar al convento de las agustinas de Casia, pero fue rechazada
varias veces. La tradición cuenta que una noche se le aparecieron los
tres santos de su devoción: San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás
Tolentino, los cuales la condujeron hasta la iglesia del convento, tras
lo cual fue aceptada.
A partir de entonces Santa Rita
llevó una vida de extrema renuncia y penitencia. Sus visiones místicas
se le presentaron eventualmente durante el resto de su vida, pero en
1432 tuvo la experiencia máxima.
Mientras se encontraba
rezando en éxtasis, una de las espinas de la corona de Jesús se le clavó
en la frente, y la herida purulenta quedó abierta los siguientes quince
años, hasta el fallecimiento de la santa, en 1447.
Poco
después de la muerte de Santa Rita de Casia empezaron a ocurrir varios
milagros cerca de su tumba, el más pintoresco de los cuales es el
florecimiento de rosas en pleno invierno. Diez años más tarde, su
cadáver incorrupto fue trasladado a la sacristía del convento. En la
actualidad se encuentra en una sacristía construida ex profeso en 1937,
la cual es un concurrido sitio de peregrinación.
A Santa Rita de Casia se le considera la Abogada de los Casos Imposibles.
Fue beatificada por el papa Urbano VIII en 1627, y canonizada por León XIII en 1900.
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