"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Mc 12, 13-17
Le enviaron a Jesús unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en
alguna de sus afirmaciones. Ellos fueron y le dijeron: "Maestro, sabemos
que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas,
porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda
fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al César o
no? ¿Debemos pagarlo o no?". Pero él, conociendo su hipocresía, les
dijo: "¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario". Cuando se
lo mostraron, preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?".
Respondieron: "Del César". Entonces Jesús les dijo: "Den al César lo
que es del César, y a Dios, lo que es de Dios". Y ellos quedaron
sorprendidos por la respuesta.
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