Nació en 1789, en Cereta, cerca de Chiavari, en Italia, hijo de Giacommo y de María Gianelli
Antonio
pasó su infancia en una pequeña aldea de campesinos, con su familia,
que era pobre, pero muy piadosa. Su madre enseñaba el catecismo y su
padre era llamado para resolver los pleitos entre los vecinos.
El
joven que llegaría a santo fue tan buen estudiante, que los dueños de
las tierras que su familia trabajaba pagaron sus estudios en el
Seminario de Génova. Antonio se ordenó como sacerdote en 1812.
Luego
se desempeñó como ayudante de abad y más tarde como profesor de la
cátedra de retórica en el propio Seminario de Génova, la cual impartió
por diez años, preocupándose por la buena formación de los sacerdotes.
En 1826 deja la cátedra para aceptar el nombramiento de Arcipreste de
Chiavari.
A partir de aquí, San Antonio María Gianelli
tuvo una activa labor como fundador de congregaciones. En 1827 funda los
Misioneros de San Alfonso, congregación de misioneros varones que duró
hasta 1856; en 1828, los Oblatos de San Alfonso, que duró hasta 1848.
En
1829 funda la Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto,
una orden para la educación de las mujeres y que también ha trabajado
con enfermos; todavía en la actualidad la orde continúa realizando
labores en Europa, Asia y Estados Unidos.
Como Obispo de
Bobbio, a partir de 1837 organizó la Sociedad de San Rafael y la
Sociedad de Santa Dorotea, para la instrucción religiosa de los fieles
de su diócesis, y ocupando todo su tiempo en visitar todas las
parroquias de su obispado.
Encontrándose en Piacenza,
falleció de una fiebre mal atendida. San Antonio María Gianelli fue
canonizado por el papa Pío XII en 1951.
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