Madre mía
amantísima, con cuánta razón dijiste que en Dios estaba tu gozo: "Y se
alegra mi espíritu en Dios mi salvador", porque en este mundo no
ambicionaste ni amaste otro bien más que a Dios. Atráeme en pos de ti. Señora,
despréndeme del mundo y atráeme hacia ti para que ame al único que merece ser
amado.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario