"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Lc 11, 5-13
Jesús dijo a sus discípulos: Supongamos que alguno de ustedes tiene un
amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres
panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que
ofrecerle", y desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la
puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo
levantarme para dártelos". Yo les aseguro que aunque él no se levante
para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su
insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se
les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que
pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una serpiente cuando le
pide un pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si
ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más
el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquéllos que se lo pidan!
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