Estoy aquí, Señor, cerca de ti, pero no te veo.
Estoy aquí, Señor, a tu lado, pero no te pienso.
Estoy aquí, Señor, casi tocándote, pero no te siento.
Estoy aquí, en una tormenta, Señor.
Y es que me recorre un escalofrío;
es que estoy lleno de incertidumbre;
es que me asusto y no sé que hacer;
porque no sé dónde estás, no sé cómo encontrarte,
porque no sé quién eres ni de qué modo buscarte.
Quizá no te escuche,
Quizá no descifre tus señales;
Quizá me parezca todo tan difícil…
Quizá no quiera verte, pensarte ni sentirte…
Quizá esté a gusto aquí, en una tormenta.
En la tormenta, Señor, dame claridad para caminar firme en ti
y reconocer tus signos.
En la tormenta, Señor, dame valor para afrontar lo que cada día
pones en mi paso.
En la tormenta, Señor, dame entrega para alabarte
y hacerte vida en mi vida.
En la tormenta, Señor, dame decisión,
para abrir mis manos a tu Cruz.
Amén
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