Páginas

Enséñame el secreto...



Enséñame el secreto
de tu simplicidad.

Tú que sabes a Dios,
tú, en quien Dios está
y en quien su aliento sopla
como un día en el mar,
enséñame el secreto
de tu simplicidad.

Tú que vives tu vida
con naturalidad,
como si todo fuera
tan fácil de explicar,
enséñame el secreto
de tu simplicidad.

Yo en tus aguas profundas,
espejo singular
en quien Dios se recrea,
me quisiera mirar.
Enséñame el secreto
de tu simplicidad.

Dame una brizna, al menos,
de la espontaneidad
con que le abres a Dios
tu alma de para en par.
Enséñame el secreto
de tu simplicidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario