No
podemos vivir sin tu mirada,
Tu voz y tu llamada; es la brisa
De tu rostro en quietud; es tu sonrisa
La que trae para todos alborada.
Y vamos tras tu diáfana llamada
Que al buen Jesús nos lleva, y que sumisa
Y en serena actitud, humilde avisa
Hacia el trono de luz, subir la grada.
Con santa voz mi corazón bendiga
Tu paz, amor, modestia y gravedad,
Y avance confiado en tu piedad
¡Id a Él!, es tu espléndida cantiga;
Él es, vuestro motivo de alegría;
Y a Él vamos contigo, fiel María.
Tu voz y tu llamada; es la brisa
De tu rostro en quietud; es tu sonrisa
La que trae para todos alborada.
Y vamos tras tu diáfana llamada
Que al buen Jesús nos lleva, y que sumisa
Y en serena actitud, humilde avisa
Hacia el trono de luz, subir la grada.
Con santa voz mi corazón bendiga
Tu paz, amor, modestia y gravedad,
Y avance confiado en tu piedad
¡Id a Él!, es tu espléndida cantiga;
Él es, vuestro motivo de alegría;
Y a Él vamos contigo, fiel María.
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