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SAN EDMUNDO, rey y mártir


Comenzó a gobernar sobre los anglos del Este cuando sólo tenía quince años de edad, en el 855.
Fue modelo de los buenos príncipes. No fue amigo de lisonjas; prefierió el conocimiento directo de los asuntos a las proposiciones de los consejeros; amó y buscó la paz para su pueblo; se mostró imparcial y recto en la administración de la justicia; tuvo en cuenta los valores religiosos de su pueblo y destacó por el apoyo que dió a las viudas, huérfanos y necesitados.
Habiéndolo tomado prisionero los daneses, le propusieron que abandonase su religión a lo que se negó resueltamente.
En consecuencia, fue azotado y muerto a flechazos, el año 870.


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