Encendemos, Señor, esta luz
en este primer domingo de Adviento,
para mantenernos despiertos y en pie,
como centinelas vigilantes ,
ante el Hijo del Hombre que viene
a despertar nuestra débil y adormilada esperanza.
Para que en nuestro entorno
seamos testigos claros de tu luz
y motivos creíbles de esperanza…
¡Ven, Señor, Jesús!
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