A pesar del mal tiempo de aquella mañana y de las nubes que se estaban formando, ella hace su camino diario.
Con el pasar del tiempo, los vientos aumentaron junto a rayos y truenos. La madre pensó que su hija podría tener mucho miedo en el camino de vuelta, pues ella misma estaba asustada con los rayos y truenos. Preocupada, la madre rápidamente entro en su auto y se dirigió por el camino en dirección a la escuela.
En el camino ella vio a su hija caminando, y notó, que a cada relámpago, la niña paraba, miraba hacia arriba y Sonreía.
Otro y otro trueno y en cada uno, ella paraba, miraba hacia arriba y Sonreía!!!
Finalmente, la niña entro en el auto y la madre curiosa le fue preguntando:
-"Que estabas haciendo?"
La niña respondió:
-"Sonriendo! Dios no para de sacar fotos mías!"
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