El mundo nos empuja. Aturdidos corremos sin parar. Empieza el día y la
angustia de las prisas nos consume y cuando termina el día una fatiga
especial se incrusta en nuestro ser y ya no damos para más. Pero el
hombre tiene algo más que hacer.
Está comprobado que el ser humano tiene tanta necesidad y urgencia de alimento espiritual como corporal.
De ahí la razón imprescindible de buscar algo que no nos haga caminar o
correr con los ojos puestos en la tierra, en lo material y encontremos
unos momentos( que es muy poco) para dedicárselos a Dios por medio de la
oración. Decía Santa Teresita del Niño Jesús en una simple respuesta de
lo que es la oración: "La oración es un impulso del corazón, una
sencilla mirada al cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto
desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría".
¿Y
por qué los hombres y mujeres ya no rezan?. Los jóvenes porque piensan
que es un algo "pasado de moda", los adultos porque, como acabamos de
decir, no tenemos tiempo, corremos demasiado y los más viejos porque se
les ha enfriado el corazón y, aquejados de malestares propios de su
edad, solo se miran a sí mismos y no tienen mas que ese afán.
"Como
un acto de amor y adoración hacia aquel del que proviene la maravilla
que es la vida. De hecho, la plegaria representa el esfuerzo del hombre
para comunicarse con un ser invisible, creador de cuanto existe, suprema
sabiduría, fuerza y belleza, Padre y Salvador de cada uno de nosotros."
"Los simples sienten a Dios con tanta naturalidad como el calor del sol
o el perfume de una flor. Empero ese Dios, tan abordable para aquel que
sabe amar, se oculta a quién no sabe sino comprender."
"El
cristianismo puso a Dios al alcance del hombre. Le dio un
rostro. Se convirtió en nuestro Padre, nuestro Hermano, nuestro
Salvador. Al trasformarse en hábito la plegaria comienza a actuar sobre
el carácter. El contacto con Dios impregna paz."
La oración o plegaria no tiene que ser complicada. Ha de ser sencilla y
natural. Ha de brotar del corazón. En la búsqueda y la necesidad de
encontrar a Dios, la oración es el medio propicio para ello.
Dios busca al hombre, lo llama y en la plegaria está la respuesta del
hombre a Dios. Sea corta o larga, sencilla o elevada, la plegaria debe
ser algo parecido a la conversación de un niño con su padre.
También las fórmulas recitadas muchas veces maquinalmente son, de alguna manera, una plegaria.
Si tenemos tiempo para tantas cosas ¿cuál es la
razón para no tener tiempo para Dios? Tal vez sea porque en el
subconsciente existe un miedo de entablar una relación con El, porque
esa relación nos compromete a un cambio en nuestro cómodo estilo de
vida.
"Piensa en Dios más a menudo de lo que respiras", decía
el filósofo griego Epicteto. Si no tenemos costumbre de orar,
empecemos HOY.
(María Esther de Ariño)
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